Esta vez Elena no estaba sola, sino todo lo contrario. Vino rodeada de su familia. El pequeño Víctor no paraba de mirar con su carita de ángel como sus hermanos mayores y sus primos jugaban delante de la cámara. Y sus padres, da gusto la tranquilidad y el cariño que transmiten. Un placer, como siempre. ¡Gracias, chicos!
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