Los niños son así. Tan pronto tienen ganas de jugar y se olvidan de la cámara como se cansan y prefieren estar a su aire. Sin embargo, son tan auténticos que con muy poco que se dejen te dan unos instantes maravillosos. Y si no, mirad qué ternura transmiten Nacho y Lucía. Sus padres, como no, les miraban embobados.
Bueno, y Nacho se quedó con ganas de quedarse en el estudio todo el día...¡un ayudante de lujo!
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